Buen Juicio.
En los momentos que las personas se ven envueltos
por las emociones, la mayoría actúa y habla según sea el contexto, sin pensar
ni razonar en lo que podría pasar después de eso.
Vemos algunos ejemplos que pasan cotidianamente en
la vida:
- ¡Te voy a matar! son las palabras que emite un niño cuando se disgusta con su amiguito.
CONSECUENCIA: Formación de comportamientos agresivos
en ambos niños. Los niños son muy influidos por las palabras.
- ¡Vente pues! son las palabras que un joven dice a su compañero contrincante de pelea. Esto ocurre aunque sepa que no le puede hacer nada.
CONSECUENCIA: Puede salir muy golpeado, puesto que,
al retar al contrincante fuerte, este va a golpearlo más y más hasta que el
otro se calle o los desaparten.
- ¡Ese si me cae mal! son las palabras que alguien dice cuando conoce a alguien que no le ve buen aspecto. Tomemos en cuenta que, para conocer a alguien se necesita conocerle sus pensamientos y puesto que nunca se los vamos a conocer, no podemos moldearlo por su imagen. John Maxwell dijo en su libro de "Desarrolle el líder que está en usted", imagen es lo que la gente piensa que somos, integridad es lo que realmente somos; toda la vida se nos enseña que somos imagen, fíjate y agarra esto, tú no eres imagen, ¡eres integridad!, porque una caja de regalo por más linda que sea, nunca de los nunca va a decir lo que trae dentro.
CONSECUENCIA: Dañar la moral de la persona y
sentirse muy avergonzado después de descubrir que la persona era muy diferente
a lo que se creía.
Moraleja: Nunca por favor, digas o actúes según el momento,
no te dejes llevar por el contexto y por más que estés seguro de algo no le
hagas mal a tu prójimo, y aunque a ti no te entiendan, entiéndelos tú; aunque
no te perdonen, perdónalos tú, y si murmuran de ti, tú no lo hagas.
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